sábado, 28 de enero de 2017

EL SPA LLEGÓ A SU FIN:LA ÚLTIMA CARRERA

El  9 de marzo de 1969 se corría la primer carrera de SPA con un clima verdadero de expectativa y esperanza, se venía un nuevo automovilismo...y solo cuatro 4 años y meses después todo se desmoronaba y llegaba la última carrera.
El 21 de Julio de 1973 se llevó a cabo la última carrera de SPA en el Autódromo de la Ciudad de Buenos Aires.
En una jornada conjunta con la fórmula 4 y con entrada gratuita a fin de promocionar ambas categorías que vivían en ese momento circunstancias totalmente opuestas. Para la F4 esta carrera sirvió como confirmación de las virtudes que tenía esa categoría y para los SPA significó la defunción.
Nueve fueron los autos que participaron, desnudando no solo el escaso parque de la categoría, sino la calidad del espectáculo que podían brindar. Pasaron de ser la atracción principal del espectáculo, a ser el complemento.
Para dar cuenta del estado de la categoría, podemos decir que ambas (siempre comparando con la F4) corrieron en el circuito 9 y solo cinco SP (4000 cc) mejoraron el tiempo del auto mas rápido de la F4 (850cc).Esto terminaba por confirmar la tremenda crisis de los SPA agudizada día a día y que ese domingo llegó a su final.
La anterior competencia se había corrido en el Oscar Cabalén de Cordoba y ya la categoría había mostrado un famélico parque brindando un espectáculo poco saludable. Ya había pasado casi dos meses de esa competencia y la AASP a cargo en ese momento de Evaristo Aranzana como presidente y Norberto Pauloni como vice, decidieron no ir a ninguna carrera hasta que llegara esta en Buenos Aires. Ese tiempo transcurrido serviría -en teoría- para poder contar con una cantidad de autos decorosa como para hacer una carrera digna si existían posibilidades de salvación. Prometieron revitalizarla e impulsarla con las mejores intenciones por parte de ambos pilotos-dirigentes.
Llegó el domingo y además de los esfuerzos de la AASP hubo una serie de factores que influyeron -en parte favorablemente-para que la reunión ganara el público perdido hacía años.
Los pilotos decidieron correr gratis, o sea sin cobrar premio, pero la condición era que la entrada al autódromo fuera gratis. Una buena idea que se dio en llamar "Premio Reconstrucción Nacional".
Pero esta idea tenía un riesgo, si aún así la gente no se acercaba a Gral Paz y Roca, la categoría se colocaba su propia lápida. Si la gente concurría y la carrera era un fiasco, SP también moría. Para salvar la situación era imprescindible que la carrera fuese un "carrerón"donde hubiese un mínimo de quince autos con seis de ellos en condiciones de pelearle la punta a Di Palma.
Como eso no pasó, el final de la historia ya lo conocemos.
Ni quince ni diez autos, ni una lucha real por el primer puesto, tampoco hubo espectáculo, ni revitalización, ni nada. Solo nueve autos, de los cuáles cuatro no eran competitivos.
La primera serie fue un juego para que la tribuna no se aburriera entre Di Palma, Recalde y Del Río (este último había ganado la clasificación). Se intercambiaron posiciones hasta que se cansaron. Recalde un rato, después Del Río y otra vez Di Palma. Giraban en tiempos tan superiores a los de clasificación que se hacía evidente el paseo. Sobre el final se le trabó la caja a Di Palma perdiendo unos segundos y dejándole a Recalde el triunfo parcial. Estos tres Berta-Tornado mas el Mavicapache-Chevrolet de Pauloni eran los únicos autos acordes con la categoría.



En la segunda serie el espectáculo levantó un poco porque fue impresionante ver a Di Palma corriendo contra reloj para descontar los segundos perdidos en la primera y de esa manera hacerse con la final. Debía descontar 23 segundos perdidos al quedar tercero en la primer serie, era bastante pero la superioridad mecánica y el manejo de Di Palma hicieron que sin exigirse en ningún momento descontara esos segundos y le agregara 29 mas a su favor. de lo que se deduce que su serie (la segunda) la ganó holgadamente por mas de un minuto.
La AASP y la categoría se habían jugado con valentía su última carta, pero perdieron.
Todos salieron del autódromo con la convicción de que esta había sido la última carrera, el tiempo les dio la razón. 






1 comentario:

  1. Creí que fué en esta última carrera que García Veiga corrió con una vieja Liebre II que le prestó Di Palma para incrementar el parque.

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